Si te vale, cambia de gremio

La atención médica va más allá de una cédula o calificación académica, es un estilo de vida al servicio de los demás.

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Recientemente, estando embebido en alguna de las múltiples actividades administrativas, se me acercó uno de mis mentores en la carrera, y estrechando mi mano de forma sonriente y a la vez preocupado me preguntó: ¿En qué estamos fallando?

Aún no salía de mi desconcierto cuando añadió que más allá de la “engorrosa tramitología” para que se le pudiese realizar un estudio, le preocupaba la actitud y la pérdida de valores de algunos prestadores de servicio.

Caras largas, respuestas cortantes, evasión de la mirada y escasa comunicación fue lo que encontró en su otrora centro de trabajo, de cuyos recuerdos hablaba orgullosamente. Extraño el saludo respetuoso, la sonrisa al hablar y el cálido tacto y contacto humano de antaño, me dijo.

Y nuevamente me increpó diciendo: ¿No será que hemos caído en el extremo de que, por enarbolar la bandera de los “derechos humanos”, existan la sobreprotección y el paternalismo para con los profesionales en período de formación y demás integrantes de la planta laboral?, ¿no será que el turbulento devenir nos agobia, nos transforma, nos mecaniza, deshumaniza y neurotiza? Finalmente el galeno precisó: Me sentiría frustrado si por falta de rigor y medidas disciplinarias correctivas la generación a la cual perteneces se hubiese convertido en potencial amenaza para la atención de los enfermos. Afortunadamente me percato de que es todo lo contrario.

Luego entonces necesitamos un “golpe de timón”, redireccionar nuestros esfuerzos, hacer a un lado la mediocridad, y en lugar de estar buscando cómo “no” hacer lo que por obligación nos corresponde, sumar juventud y experiencia para acuñar un nuevo distintivo para esta generación de tecno-profesionistas con amplios conocimientos, pero con poca sensibilidad humana.

Recordemos que la pirámide administrativa se ha invertido, y quienes se encuentran en los más altos niveles de dirección son los más obligados a facilitar, orientar y buscar las estrategias y caminos para alcanzar la excelencia en el servicio y evitar proteger o satanizar a quienes verdaderamente en el “campo de batalla” se juegan inclusive la vida por evitar la muerte.

En conclusión y respondiendo a mi mentor le diría que ¡sí estamos fallando!, algunos por exceso y otros por omisión. Paulatinamente y sin darnos cuenta nos hemos transformado, olvidando principios básicos de urbanidad y respeto hacia nuestros maestros y gente que nos rodea. La atención médica va más allá de una cédula o calificación académica, es un estilo de vida al servicio de los demás. Si no estás convencido y te vale, cambia de gremio.

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