Mérida, su futuro y la bicicleta

La bicicleta ha demostrado ser una de las formas de transporte más rápidas y eficaces en lo que se conoce como desplazamientos puerta a puerta.

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La reciente noticia es prometedora, siempre y cuando vaya acompañada de todos los componentes que permitan su uso seguro; la dotación de bicicletas y triciclos en municipios del Estado debe ir acompañada de acciones, como la adecuación vial, para darle seguridad al usuario de estos medios de transporte y, muy importante, la educación vial de todos los ciclistas para que usen adecuadamente los equipamientos para ellos desarrollados.

A pesar de los factores que inciden en el uso seguro de la bicicleta, tanto de carácter físico, como de carácter urbano, como la estructura vial y su equipamiento y adaptabilidad a los diferentes medios de transporte, uno de los principales obstáculos para el uso de la bicicleta en las ciudades reside en el respeto mutuo, en las estructuras culturales. Debido al proceso de motorización, la bicicleta fue relegada de los usos que a mediados del siglo pasado tenía, como medio de transporte escolar y a los centros de trabajo, quedando ahora como la última opción de aquellos que no pueden comprarse un coche. 

Hoy afortunadamente la bicicleta recupera usos y espacios, pero olvidando su papel esencial como medio de transporte, vinculándosele más con el ocio y el deporte; la mayoría de los automovilistas suelen ver al ciclista con desprecio, asociando su uso con quienes no cuentan con recursos económicos para comprar un coche o de los que, según ellos, se dicen ecologistas. 

La excesiva dependencia del automóvil y su importancia en la escala social son en buena medida responsables al elegir el medio de transporte a utilizar, en un proceso enmarcado por factores ideológicos y culturales. Para devolver a la bicicleta su papel como medio de transporte debemos desarrollar estrategias para revertir las actuales formas de pensar.

En muchas ciudades con problemas de conectividad y congestionamiento, como Mérida, la bicicleta ha demostrado ser una de las formas de transporte más rápidas y eficaces en lo que se conoce como desplazamientos puerta a puerta. Es innegable que la bicicleta tiene mayor maniobrabilidad, ocupa menos espacio y no requiere de tiempo para su estacionamiento. Sin embargo, en nuestra ciudad la bicicleta pareciera ser algo anecdótico, cosa que hay que cambiar.

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