Juan “Loquito” Kantún está  viendo pasar sus mejores días sin la más remota idea de regresar a la senda del triunfo, toda vez que lo siguen llevando a otros estados del país o al extranjero como “carne de cañón”.

Este joven peleador que creció y fue hecho en el gimnasio “San José”  por el veterano mentor Adriano “Babe” Mendicuti, pintaba para ídolo; sus  primeras 13 peleas bajo la tutela del ex campeón mosca del Estado, las ganó y su primer descalabro fue ante el colmilludo Wilbert “Huracán” Uicab ; luego empató y siguió triunfador en 7 peleas más, pero como que le perdió interés al gimnasio o no se entendió con los managers que lo entrenaron hasta que cayó en manos del cubano Julio Tarrago, que lo ha obligado a ser disciplinado en el gimnasio pero el antillano no es mago y en el ring el resultado depende de la voluntad y técnica del púgil.

Kantún acaba de perder en Florida ante Jonathan Vidal  pero antes había sufrido 2 reveses consecutivos y eso prende las “luces amarillas” porque el “Loquito”, con su equipo de trabajo, deben hacer un análisis de su carrera.

Que las personas que lo apoderan no sólo lo utilicen como relleno en las funciones en Mérida o lo lleven a otras plazas del país o el extranjero  como “carne de cañón”, que también lo programen en Mérida, donde la afición lo quiere ver, ya que junto  a José “Barretas” Pinzón son taquilla en los escenarios que se presenten.

Por otra parte, ante la insistencia de algunos aficionados al deporte de los puños es necesario aclarar que nunca hemos calificado de corruptos a los jueces de la Comisión de Boxeo de Mérida pero sí hemos señalado la flexibilidad de ese organismo con algunas empresas o boxeadores.

Los resultados  de los combates han sido cuestionados por el público, ya que han perjudicado  a los peleadores foráneos y muchas veces a los locales, pero aquí es cuando remarcamos que muchos de esos resultados son por la falta de criterio o novatez del solón y nuestra sugerencia es que el presidente de la Comisión de Boxeo de esta capital Santiago Basto Mejia organice clínicas o seminarios enfocadas a perfeccionar a jueces y réferis.

Mérida tiene a los mejores oficiales del ring del sureste mexicano  pero los árbitros deben saber que los protagonistas son los boxeadores, pues como dice el viejo dicho: “es réferi quien no aparece”, deben echarle humildad y dejar de estar saliendo cada raund al centro del cuadrilátero.

El oficial debe estar en el centro del ring a la hora de dar indicaciones a los pugilistas y al inicio del raund para que choquen los guantes.

Por cierto, el juez de tae kwon do, Alfredo Cardoz, acudió a la Comisión de Boxeo local para solicitar su ingreso como réferi. Le pidieron que lo haga por escrito, lo hizo y la repuesta fue que no hay cupo porque había muchos.

¿Cómo la ven?