Si denuncian, que prueben
Es hora de que se sancione a aquellos partidos políticos que denuncien y no comprueben sus quejas porque afectan la credibilidad del proceso y del contrincante.
Con la cercanía de la campaña electoral los partidos políticos están intensificando sus denuncias ante los órganos electorales tanto local como federal; aquí hay que ser muy cuidadosos para identificar qué tipo de señalamientos están haciendo porque en la mayoría de los casos recurren a estos procedimientos sólo para tener más cobertura mediática.
Algunos partidos lo hacen para proyectar que supuestamente defienden sus derechos mientras otros actúan para demeritar el trabajo del contrario. Lo más importante de todo esto es que a fin de cuentas no pasa ni ocurrirá nada; recordemos que en procesos electorales anteriores han dado carpetazo a las quejas, denuncias y a sus propios pataleos por negociación política.
Es hora de que se sancione a aquellos partidos políticos que denuncien y no comprueben sus quejas porque afectan la credibilidad del proceso y del contrincante, trátese de quien se trate.
Los institutos políticos siempre aluden que hay una legislación de avanzada, que si las reformas, que los nuevos procedimientos, pero no hay ni un solo castigado por los ilícitos que dicen con desesperación que se están cometiendo.
Es importante que haya alguna forma de castigar los abusos de las denuncias electorales, a las que recurren por falta de imaginación para llegar con impacto al electorado. La mayoría de los líderes de los partidos políticos y estrategas de campaña carecen de creatividad para formular verdaderas propuestas e integrar un proyecto que haga que los ciudadanos apuesten por sus propuestas y planillas.
También es responsabilidad del Iepac y del INE demostrar que hasta las mínimas irregularidades van a ser sancionadas, y también es hora de que los organismos electorales evidencien a los partidos políticos que sólo acusan por acusar, y que castiguen a aquellos que de verdad cometen una irregularidad.
Vamos a ver si en este proceso no queda todo como una mera anécdota, porque lo que ganan no está como para que solamente sean figurín de pantalla sino que en verdad hagan su trabajo; de lo contrario, serán cómplices.
Los organismos electorales deben dar una muestra de que el ciudadano puede tener confianza, porque de otro modo se podía pensar que tienen miedo a alguien.