Reconcíliate con la vida

Desintoxícate del veneno del rencor y “reconcíliate con la vida”. La vida real es más hermosa y excitante que cualquier idea que tienes del mundo.

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Las personas se pasan la mayor parte de su vida sintiéndose ofendidas por lo que “alguien” les hizo. La sorprendente revelación que te voy hacer, va a cambiar tu vida... ¡Nadie, nunca jamás te ha ofendido! Son tus expectativas de lo que esperabas de esas personas, las que te hieren. Y las expectativas tú las creas con tus pensamientos. No son reales. Son imaginarias.

Cuando nacemos, somos auténticos. Pero nuestra verdadera naturaleza es suprimida y sustituida artificialmente por conceptos que nuestros padres, la escuela, la sociedad y los medios nos enseñan. Y crean una novela falsa de cómo deberían de ser las cosas en todos los aspectos de tu vida y cómo “deben” de actuar los demás. Una novela que no tiene nada que ver con la realidad.

Una de las mayores fuentes de ofensas es tratar de imponer el punto de vista de una persona a otra y guiar su vida. Cuando le dices lo que “deben hacer” y te dice “no”, creas resentimientos por partida doble. Primero, te sientes ofendido porque no hizo lo que querías. Segundo, la otra persona se ofende porque no la aceptas como es... y es un circulo vicioso. Aprenderán de sus errores por sí mismos. Déjalos ser. Además recuerda también que nadie te pertenece. Cuando los colonos americanos querían comprarles sus tierras a los pieles rojas, éstos les contestaron: “¿Comprar nuestras tierras? ¡Si no nos pertenecen! Ni el fulgor de las aguas, ni el aire, ni nuestros hermanos los búfalos a los cuales sólo cazamos para sobrevivir. Es una idea completamente desconocida para nosotros”.

Ni la naturaleza, ni tus padres, ni tus hermanos, ni tus hijos, tus amigos o parejas te pertenecen. Es como lo cristalino de las aguas o la pureza del aire, no los puedes comprar, no son tuyos, sólo los puedes disfrutar como parte de la naturaleza. El cauce de un río no lo puedes atrapar. Sólo puedes meter las manos, sentir el correr de las aguas entre ellas y dejarlo seguir. Las personas son un río caudaloso. Cualquier intento de atraparlas te va a lastimar. Ámalas, disfrútalas y déjalas ir. Entonces. ¿Cómo puedo perdonar?.

Entiende que nadie te ha ofendido. Son tus ideas acerca de “como deberían actuar las personas”. Estas ideas son producto de una máscara social, que has aprendido desde tu infancia de forma de inconsciente. Reconoce que la mayoría de las personas nunca van a coincidir con esas ideas que tienes. Porque son ideas falsas. Deja a las personas ser, deja que guíen su vida como mejor les plazca, es su responsabilidad. Dales consejos, sólo si te los solicitan, pero permite que tomen sus decisiones, son su derecho divino por nacimiento el libre albedrío y la libertad.

La perfección no existe, es un concepto creado por la mente humana que en ningún nivel intelectual puedes comprender, porque en la realidad no existe porque es un concepto imaginario. Un bosque perfecto serían puros árboles, sol rico, sin bichos...¿existe? No. Para un pez el mar perfecto sería aquel donde no hay depredadores ¿existe? No.

Desintoxícate del veneno del rencor y “reconcíliate con la vida”. La vida real es más hermosa y excitante que cualquier idea que tienes del mundo. A la luz del corto periodo de vida que tenemos, sólo tenemos tiempo para vivir, disfrutar y ser felices.

Nuestra compañera la muerte en cualquier momento, de forma imprevista, nos puede tomar entre sus brazos. Es superfluo gastar el tiempo en pensar en las ofensas de otros no puedes darte ese lujo. Aprende con honestidad los errores que cometiste, prométete que no los volverás a hacer y regresa a vivir la vida. Deja al mundo ser y déjate ser a ti también. 

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