Hace algunos meses nos enterábamos de que una persona discapacitada de Yucatán recibiría un perro guía para ayudarlo a tener una vida más independiente. Insólito, desde mi punto de vista, que sea un caso único en un estado con los mayores índices de personas discapacitadas. Y que fuera a través de una asociación y no de los organismos públicos que tanto trabajan por la equidad. 

Ahora nos enteramos que esa persona y su perro han sido discriminados en algunos establecimientos, negándoles la entrada. Al parecer, los dueños y empleados de los comercios viven en la ignorancia del siglo pasado y no se han enterado de que un perro guía es una extensión de su dueño, que, más que tenerlo por gusto, lo tiene como necesidad. ¿Le negarían la entrada a una persona con bastón? Es algo similar.  

Este tipo de situaciones, tan comunes y a la vez tan nuevas e insólitas en el estado, son las que deben discutir y resolver en las instancias de gobierno. Se debe tomar el toro por los cuernos y fijar posturas, hacer campañas de concientización, de inclusión y de respeto. 

Porque tenemos gobiernos muy respetuosos de todo y poco activos en las cosas. Ya nos sabemos el discurso cuando se tocan temas de aborto, diversidad sexual y discriminación, entre otras. Son escabrosos, controversiales y justamente a lo que ningún político quiere enfrentarse.

¿Recuerda la polémica con el matrimonio entre personas del mismo sexo? Pues le cuento que aún no termina. El caso está en el Poder Judicial, el que, erigido como Tribunal Constitucional, tiene la obligación de resolver la controversia, lo cual sucederá en los próximos días. Y nos toca esperar que los magistrados dejen de lado sus moralidades y creencias personales y tengan la visión objetiva del asunto. Porque ya no estamos para que la moral sobrepase la justicia, como ha sucedido antes. 

Es un tema que no debemos perder de vista porque aquí, aunque pase de todo como en todo el mundo, no pasa nada. Aquí no hay discriminación, no hay problemas, no hay intranquilidad. El día que choquemos con esa realidad nos daremos cuenta que mantener las apariencias hace más daño. Y yo creo que no falta mucho para eso.  

Chisme de elección: fíjese que la gente está de lo más tranquila y feliz con estas nuevas disposiciones de ley con respecto a las campañas. Había más movimiento, cuando todos eran aspirantes, que el que tenemos hoy, ya con candidatos ratificados. Bendita precampaña de poco menos de un mes con prohibición para poner publicidad y bendita etapa de silencio de más de un mes en la que los candidatos no pueden hacer actividades ni eventos públicos. Luego vienen dos meses de propaganda extrema, así que a disfrutar el silencio.