México es una tómbola de luz y de color

El señor procurador salió adelante con las investigaciones sobre el caso terrible de Ayotzinapa que no puede ser más truculento, en una operación tan puntual y tan bien trabajada para dar con los culpables de una verdadera atrocidad.

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No sé por qué nos quieren hacer creer que los rituales del caos en México suelen estar patrocinados por nuestro muy relativo y folclórico sentido de la capacidad de reacción. Sobre todo cuando cualquiera sabe que aquí se toman en serio las diligencias para resolver un problema con calidad de urgente, y por lo tanto se pueden tomar su tiempo, pero nada más tantito.

No es por maldad ni por cultivar las dichas chichas de la impunidad, sino por afianzar una tesis filosófica fundamental: “¿Cuál es la prisa?”.

Así se dice que son los abusos y costumbres. Pero no. Hay que reconocer que el gobierno federal, contradiciendo estas sentencias bíblicas, entraron a Iguala cuando era justo y necesario, bajo el halo angelical del debido proceso, poniendo orden y progreso en una entidad consumida por los demonios que andan sueltos. Y si los Abarca se despacharon con la narcofosa grande fue porque se trata de esos escasos muy especiales, pero sobre todo escasos en esta patria limpia, de renglones torcidos de Dios.

Otro gran ejemplo de cómo han cambiado las cosas para bien es que, luego de unas semanas de exagerados reclamos sobre la naturaleza de las licitaciones del tren a Querétaro (o sea, ¿cuál era el problema de que una sola empresa china haya sido la única competidora y ganona al final de la licitación?), el licenciado Peña, en nombre de la transparencia, echó para atrás el asunto, y no para que poderosas empresas internacionales dejaran de estarse quejando.

Algo que solo se puede comparar con el PRD chuchístico cuyo conmovedor espectáculo de deslindamientos, autofagia y canibalismo fue sometido a un control de daños de veras admirable, sensible y conforme a derecho.

Así las cosas se podría decir que esa supuesta falta de rigor y dudoso sentido de lo inmediato, sin duda relacionada con antiguas administraciones, está en riguroso proceso de extinción. Funcionarios y los políticos han demostrado que también están cansados de tanta pinche transa.

Por eso ha sido muy impresionante que el señor procurador haya salido adelante con las investigaciones sobre el caso terrible de Ayotzinapa que no puede ser más truculento. No se había visto una operación tan puntual y tan bien trabajada para dar con los culpables de una verdadera atrocidad.

Así, esperemos que pronto caigan esos anarquistas que no han leído a Bakunin. Estos que a la menor provocación están quemando, madreando y deslegitimando todo lo que tocan cual orcos en éxtasis.

Que no opaquen la tómbola de luz y de color.

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