Más Nietzsche y menos Piojo

¿De dónde surge ese billón de pesos de déficit de Pemex en materia de pensiones, si según los personajes que atinadamente administran la paraestatal, la empresa está tan sana que ni los desfalcos de Oceanografía le hicieron daño?

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El mundo es ancho y desconocido. Grandes e insondables misterios corroen nuestro espíritu que colindan sobre los cuestionamientos sobre el Bing Bang (theory) y el destino incierto de la osamenta de Muñoz Rocha: ¿cómo fue posible que FIFA designara a Messi que más aplauda el jugador del Mundial, pero no lo incluye en la oncena de los más importantes del certamen balonpédico?

¿De dónde surge ese billón de pesos de déficit de Pemex en materia de pensiones, si según los personajes que atinadamente administran la paraestatal, la empresa está tan sana que ni los desfalcos de Oceanografía le hicieron daño?; ¿por qué después de que el culto ex presichente afirmara que ahí viene el diablo vestido de Morena, López Obrador, que no aguanta nada, en vez de responderle que él debería estar en la cárcel, en vez de mandarlo al Blanquita?; o ¿cómo explicar que 50 mil judíos ortodoxos de Nueva York se manifiesten en contra del Estado de Israel acusándolo de sionista?

Eso sin contar con el milagro de la reproducción de los partidos políticos, donde al INE se le olvidó poner como en los antros, el letrero de Nos Reservamos el Derecho de Admisión. Digo, de Morena teníamos noticias, pero el Partido Humanista y Encuentro Social parecen sacados de una película de Derbez.

Cosas extrañas de la vida que te da sorpresas. Ahí está la enésima batalla que se ha desatado en el Senado ahora por la reforma energética, porque la otra, en telecomunicaciones, pasó más rápido que la admiración efímera por Messi.

Por un lado tenemos la repetición discursiva que no solo habla de las maravillas de la propuesta peñista (que es lo que ha de haber dicho Lula cuando lo convencieron de aceptar el Mundial y los Olímpicos) sino del triunfo contundente que tendrán los del tricolor que ya se creen alemanes cuando, la neta, a lo sumo serán alemanistas refurbished.

Por el otro, el ya muy desatado senador Barbosa del PRD que para que no le digan que está maiceado y es cuate de los choznos de don Plutarco, ya los acusó de irse a lo oscurito con el PAN como si esos ritos de apareamiento no les fueran tan naturales.

Pero la duda existencial que nos corroe con más acidez que el robo que le hicieron a Robben (el mejor jugador y clavadista de Brasil 2014) es qué haremos los mil 424 días que faltan para Rusia 2018. Yo digo que volvernos teutones, a ver sí así la hacemos, dejan de temblarnos las patitas y dejamos de cuidar el pinchi golecito. Más Nietzsche y menos Piojo.

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