De los más de 120 cargos de elección que se disputarán en Yucatán a mediados del año que viene, los partidos políticos le conceden mayor importancia a la llamada “cereza del pastel”: la alcaldía de Mérida. Por eso no resulta inaudito que, aprovechando el resquicio legal que les otorga ser  legisladores federales, los candidatos internos del PAN y del PRI puedan utilizar su ceremonia de “informe de actividades” para hacer proselitismo abierto.

Adoptando, sin embargo, eslogans que, en mi perspectiva, sólo sirven para ratificar que les ganan las ansias, pero que no hablan de su oferta política, como el “Yo sigo” de Raúl Paz del PAN, o el de los “Buenos Vecinos” de Mauricio Sahuí que, a contracorriente de nuestra providencial bonhomía, da la percepción de que la meridana es una sociedad conflictiva.

Aunque ninguno la tiene segura porque tendrán que someterse al proceso de selección interna partidista; incluso el panista que se había beneficiado de la operación de un acuerdo interno entre los precandidatos, pero que a consecuencia del “fuego amigo” a nivel nacional por la filtración del video de una orgía en la que estuvo presente, que le originó una importante baja en el nivel de aprobación, ahora tendrá que vérselas con el otro Mauricio, Vila, y con Salvador Vitelli.

Y aunque Sahuí cuenta en el PRI con las credenciales que le otorgan su buen  desempeño como coordinador de la bancada yucateca en la Cámara de Diputados, así como con los antecedentes de  triunfo en distritos de Mérida y una buena calificación por parte de los ciudadanos, tendrá que disputar la candidatura con dos Torres, Nerio y Francisco, y con Víctor Caballero. 

No se puede descartar a Nerio Torres que  resultó el candidato a la presidencia de Mérida por el PRI con más votos, su ventaja es justamente haber realizado anteriormente su campaña, además  de realizar con tino y transparencia su función de secretario de Desarrollo Social.

Panchito Torres tiene a su favor el haber denunciado oportunamente las deficiencias de la actual administración municipal, gracias a su profunda experiencia en las obras públicas, al contacto permanente con la gente y a su estructura electoral que mantiene perfectamente aceitada.

Víctor Caballero, desde la Secretaría General de Gobierno, es quizá el colaborador más eficaz de Rolando Zapata y goza de la mayor de sus confianzas, desde que fungió como su coordinador de campaña; su trabajo electoral aunado a la prestancia del candidato le valió al gobernador ser la persona más votada en Mérida, de todos los partidos. Su capacidad de diálogo se corresponde con la buena calificación que tiene de la gente. Hay que recordar que ganó el distrito más difícil en Mérida.

Cualquiera de los 7 candidatos puede tener la capacidad de ganar la elección, pero lo más probable es que se alzará con la victoria el partido que, al final del camino, demuestre que eligió a su candidato sin mayores conflictos y unido.