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Durante estos dos últimos años el estado mexicano sufre de una profunda crisis se salieron del guión y no se cumplió con la reformitis que prometieron. Cosecharon premios internacionales de "estadistas del año" y portadas favorables de las revistas. El hechizo de la mercadotecnia les funcionó, hasta que el tren se descarriló.

La crisis por Ayotzinapa, el escándalo de la Casa Blanca y ahora la dinámica electoral significaron un punto de inflexión. De pronto, el gobierno se vio obligado a hablar de seguridad. De pronto, la añeja desconfianza del Partido en el gobierno revivió. De pronto, los partidos de oposición volvieron discursivamente a ser oposición. El gobierno se quedó sin guión y con una crisis de credibilidad.

A la desconfianza, el Presidente ofrece un optimismo solitario, a las demandas de cambios en su gabinete, se ofrece más incertidumbres que certezas.

La falta de credibilidad no es exclusiva del gobierno Federal. Es una crisis generalizada que lo mismo va al INE, que al sistema de procuración de justicia, que al ausente Estado de derecho, que a los partidos políticos por igual, que al Ejército, la Iglesia, los empresarios y los medios de comunicación. 

Los partidos políticos ocupan el lugar número 13 entre las instituciones con mayor confianza en nuestro país, el 70% de los mexicanos tiene poca o ninguna confianza en los partidos políticos, sólo el 4% de la población mexicana confía en los partidos políticos, el 52% de los ciudadanos esta poco o nada satisfecho con la actual democracia en México, el 49 % opina que en el país estamos más cerca de un gobierno que se impone que de uno que consulta a la ciudadanía, el 77% considera que el gobierno debe resolver los problemas de la sociedad, el 61% piensa que los partidos son necesarios para el buen funcionamiento del gobierno. Únicamente una tercera parte de los mexicanos; el 34% dijo interesarse mucho o algo en la política, la mayoría de los ciudadanos, que es el 66% no confían en que las elecciones en nuestro país vayan a ser  limpias. Los datos anteriores permiten ver el panorama tan preocupante en el que se encuentran los partidos políticos.

Esta crisis de credibilidad que se vive en los partidos políticos no es una situación única, se trata de una crisis general, en otros países han desaparecido completamente los partidos políticos durante largos tiempos, como lo fue en El Salvador, en Argentina durante algún momento, en Venezuela donde en algún momento  prácticamente desaparecieron. Actualmente hay un descredito que se puede atribuir principalmente a la crisis de la democracia representativa, que está llegando a su fin porque los ciudadanos no se sienten representados, aquí es donde se encuentra el principio de la desconfianza, cuando los mismos ciudadanos manifiestan no sentirse representados, de igual manera se puede mencionar otros factores que no desconocemos como lo son la corrupción, la ineficacia de los partidos y la incongruencia de sus acciones.

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