La condición política del ser humano

Platón sostiene que el hombre es un ser que tiene que forjarse e instruirse en el arte de la política, es decir, aprender a realizar política.

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Más que las ideas, a los hombres los separan los intereses.- Alexis de Tocqueville

Desde los tiempos de Platón y Aristóteles se ha discutido si las personas poseen por naturaleza el don de la política o si ésta es un elemento que se adquiere a base de instrucción y de desarrollo de habilidades no innatas. Platón sostiene que el hombre es un ser que tiene que forjarse e instruirse en el arte de la política, es decir, aprender a realizar política. En cambio para Aristóteles el hombre es un zoon politikon, es decir un ser político, su esencia y naturaleza es la política, por lo tanto no es conditio sine qua non instruirse en política para poder ejercerla.

Lo anterior viene a colación porque en los últimos días hemos visto a varios institutos políticos postular a personas a cargos de elección popular sin formación política, gente que ha destacado en otros ámbitos de la actividad humana.

Aunque en aras de la representación popular es válido y hasta aconsejable; sin embargo, los que se oponen han destacado que quienes deseen incursionar en la política deben formarse y prepararse. Nosotros somos partidarios de la visión platónica en la condición política humana, si bien es cierto que todos los seres humanos somos animales sociales, el mismo Aristóteles sostiene que “fuera de la sociedad, el hombre es una bestia o un dios”.

También considero que en lo relativo a la polis se requiere, desde luego, una formación en sus códigos y una visión de Estado que el ciudadano no versado en estos temas difícilmente lo puede dimensionar para poder ofrecer alternativas de solución. 
En la antigüedad a las personas que no se inmiscuían en política y sólo se preocupaban en sus cosas, sin poder ofrecer nada a los demás, se les denominaba idiotas. 

Es un deber cívico de las personas inmiscuirse en las cosas públicas, pero también es una responsabilidad social que se instruyan, por lo menos para tener elementos básicos en aras de intentar comprender la compleja realidad de nuestra sociedad.

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