Ceguera emocional

Para quienes padecen ceguera emocional, la única persona importante en la vida son ellos mismos, viven sin apreciar la nobleza, el compromiso, la nostalgia, el afecto.

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Recientemente he vivido una serie de eventos circunstanciales que refuerzan este deseo de dar gracias a la vida de forma permanente más allá de cualquier adversidad. Si realizamos un análisis global encontraremos un sinnúmero de personas que de una manera u otra logran esa  vitalidad que impulsa ir siempre hacia delante, y podríamos citar a la familia,  el trabajo, compañeros, amigos y alguna ilusión que nos mueve. Claro otros muchos no reparan en “pequeños detalles”: la envidia, la soberbia, el orgullo y pusilanimidad no los dejan vivir. 

Estas últimas personas a las que hago referencia podría decirse que padecen de “ceguera emocional” , ya que por ningún concepto les interesa entender a los demás ni practicar el arte de la empatía. Para ellos, la única persona importante en la vida son ellos mismos, viven sin apreciar la nobleza, el compromiso, la nostalgia, el afecto. Para ellos la lealtad, el compañerismo y hasta el amor tienen un sentido unidireccional que exigen como un derecho que les permite satisfacer sus necesidades.

Ah, creo amable lector que ya se le vino a la mente “alguien”, dentro de algún área de su vida. Sin duda en lo laboral abundan.

¿Quién no recuerda al superior o funcionario que, envidiosos, andan tras la búsqueda de la paja, sin reparar en su viga. De éstos últimos seguramente usted podrá dar cuenta. Nada tiene qué ver lo económico, sólo responden al instinto visceral, que con el paso del tiempo los lleva a la impotencia, frustración, desánimo y la creencia de ser inferior. ¡Plagados estamos!

Su pequeñez emocional (no física) los hace invisibles y cual felino herido se encierran en su madriguera, esperando les llegue el fruto de su intriga. La rabia y la ira acompañarán esta vivencia y mantendrán en una insana dependencia al envidioso del envidiado.

Si hago estas reflexiones es porque cualquiera de nosotros está  exento de sufrir en carne propia la insana actitud y comportamiento pernicioso del “ciego emocional”. Pero esa chispa que te impulsa a ir  siempre hacia delante, vencer barreras, obstáculos y limitaciones, es suficiente para hacer explotar todo el potencial del maravilloso ser humano que llevas adentro.

Comparte tu alegría, contagia a quienes están contigo, invítalos a cambiar la historia. Mantén latente todos los días esa ilusión que te hace diferente a los demás.

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