|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Estamos acostumbrados a construir nuestra vida alrededor de sueños y promesas. Desde muy pequeños las cosas quedan postergadas para un momento mejor, para el momento ideal; el día que te cases, el día que ganes la lotería, el día que se conjunten los astros, el día que te jubiles, ese día… serás feliz. Y en base a esto vamos tomando decisiones: algún día comenzaré o terminaré mi proyecto, algún día empezaré a hacer ejercicio, algún día comenzaré el libro que compré, algún día seré feliz.

En realidad, nuestros sueños y proyectos no pueden realizarse en unas horas ni en un día; se requieren años de entrenamiento constante para correr un maratón, se necesita practicar para poder decorar un pastel, tejer una colcha, hacer una escultura, dirigir un negocio. Uno no se levanta un día y logra adquirir las habilidades necesarias para ser la persona que soñaste o para tener la vida que quieres tener. Estos sueños se forjan a base de constancia, de hábitos, pero sobre todo se logran cuando te atreves a dar el primer paso en la dirección correcta, y luego otro y otro.

El escritor Goethe dijo: “Cada indecisión trae consigo sus propios retrasos y se pierden días lamentando los días perdidos… Comienza a hacer todo aquello que puedes hacer o que te crees capaz de hacer, ya que la audacia entraña magia, poder y genialidad”. Todo camino, por largo que sea, comienza con el primer paso, no importa que a mitad de la ruta decidas otro destino, o que el camino que elegiste te lleve a un lugar diferente al que soñaste, lo importante es comenzar a realizar acciones que te saquen de tu zona de confort y que te permitan ir viendo paso a paso la magia que tienes dentro de ti.

Hoy puede ser ese día especial tan esperado, hoy puede ser el día 366, hoy es el día en que puedes comenzar a hacer que tus sueños se vuelvan realidad. Ponte en acción, decide, actúa y aprende a improvisar. No esperes que el camino sea perfecto, pero confía en que p u e d e s caminarlo, tienes las habilidades necesarias para salir adelante, sólo no te has dado la oportunidad de conocerlas.

Hay quien cree que si decretas algo lo logras, y es un poco verdad. Si deseas algo con suficiente fuerza es probable que lo logres, pero sólo si estás dispuesto a recorrer el camino necesario para hacerlo. No hay límites, los límites te los pones tú, en tu mente. En ocasiones te los pones deseando cosas imposibles, como pensar que vas a escalar el Everest. Es posible hacerlo, pero requiere muchos recursos, mucho esfuerzo, mucha dedicación. Pero si te pones metas reales, si de verdad escuchas tus sueños y tus deseos, si trabajas todos los días en encontrar caminos, soluciones y acciones, seguramente encontrarás la felicidad.

Deja de esperar una eternidad, no desperdicies tiempo lamentando los días perdidos, deja de buscar culpables, no hagas caso a tus límites impuestos y permítete soñar. Comienza hoy a hacer acciones que te encaminen a tu meta y aprende, sobre todo, que a lo largo del camino hay que ir haciendo ajustes, que ninguna idea es perfecta, ni tampoco ninguna persona; no te exijas demasiado, pero tampoco dejes pasar un día más sin comenzar a moverte. La felicidad, al final, no está en el camino ni en la meta, sino en la manera en que decides caminar. Da el primer paso gozando el paisaje.

Lo más leído

skeleton





skeleton