|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

A lo largo de la vida, nos vamos enfrentando a situaciones que desembocan en posibles salidas a aquello con lo que nos vamos encontrando. Seguramente en más de una ocasión podemos sentir que pareciera que no hay una posible solución, sin embargo al final de aquella encrucijada encontramos una salida.

Podemos ejemplificar casos cotidianos que pueden representar asuntos por los cuales muchos han atravesado. Es así como tenemos aquella decisión relacionada con la hora de levantarse, que puede verse envuelta en múltiples circunstancias. Tenemos la hora de habernos acostado, el cansancio acumulado, la necesidad de estar de pie a determinada hora y aquello que pocas veces se encuentra bajo control: el ánimo de hacerlo o no.

En este sencillo ejemplo encontramos múltiples ingredientes que contribuirán a la realización de un acto, que nos llevará a tomar otras decisiones. Cumplir con determinado horario para despertar nos llevará a continuar con lo planeado, a realizar o no lo que pudiéramos tener en agenda, pero no podemos dejar de lado aquello que ocurriría en caso de no lograr el objetivo de estar de pie a la hora prevista.

Ante tales circunstancias, podrá surgir una serie de ideas que nos permitirán enmendar nuestro objetivo, para ello el grado de innovación que poseamos será trascendental para corregir el rumbo del día y enderezar el error para seguir con nuestro camino.

Pero todo aquello no acontece sin la intervención de un ingrediente principal: la capacidad inteligible que poseemos, misma que hemos forjado a lo largo del camino, de la cual tendremos que reconocer que no posee un tiempo límite ni mucho menos cantidad que haga decidirse por no continuar fortaleciéndola.

Tampoco debemos olvidar aquello que por naturaleza poseemos y que muy pocas veces fomentamos: la resiliencia, definida por la Real Academia Española como la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos y que resulta pertinente incorporar a lo que aquí estamos compartiendo.

El sencillo ejemplo que fue planteado líneas arriba, en el que se da una explicación de qué ocurrirá a partir de un acontecimiento, nos permite tener claro que ante todas las situaciones en las que nos vemos inmersos, debemos tener la capacidad de continuar con nuestros proyectos, es esa la única manera que el ser humano puede seguir su vida sin rendirse, es la forma en la que las reglas actuales de convivencia se han anclado para darle una razón de existencia.

Pero tales acontecimientos cotidianos han sido una circunstancia general. Las particularidades pueden ser situaciones vividas y/o acontecidas por más de una persona, por lo que ello te lleva a tener un antecedente y una experiencia que daría la pauta para resolver el nuevo acontecimiento.

Para la reflexión: hoy estamos en una situación de la cual tenemos pocas experiencias que nos sirvan para resolver lo que estamos viviendo, ¿seremos resilientes para tomar las mejores decisiones o tendremos que aprender del ensayo error?

Lo más leído

skeleton





skeleton