Jorge Moreno/Enigmas
MÉRIDA, Yuc.- Cuando hablamos de las apariciones de los aluxes, éstas se dan mayormente en las milpas, terrenos, cuevas, montes y cenotes de la península de Yucatán, e incluso en los patios de algunas casas.

Pero existe una leyenda con relación a estos seres que habla de que muchos de ellos se fueron a vivir en pozos y que hasta la fecha aún permanecen ahí, ya que debido a la llegada de la civilización, muchos de los terrenos en donde vivían fueron convertidos en casas, maquiladoras, carreteras, etc.

Don Raúl Pech, del municipio de Homún, me comentó la semana pasada que en el pozo de su casa había hace varios años aluxes, los cuales durante el día salían para internarse en el monte y por las noches retornaban para guardarse ahí.

Lo raro, según nos cuenta, es que de un día para otro su familia y él dejaron de verlos: “a lo mejor se fueron a otro lado o no sé si murieron o les pasó algo, pero de verlos mínimo dos veces por semana, pasaron años y ya nunca supimos de ellos”.

Señala que en su caso no le daba miedo ver ocasionalmente a estos aluxes, ya que desde niño lo acostumbraron a que éstos eran seres naturales del monte que no eran malos y que convivían con ellos. “Actualmente tengo 61 años de edad y les inculqué a mis hijos y nietos sobre la tradición de los aluxes; desgraciadamente con la tecnología y la modernidad los pequeños ya están más pendientes de la tele y la computadora que de nuestras costumbres”, finalizó.

Segundo caso

Otro caso relacionado con aluxes en los pozos fue el que me platicó hace ya casi dos años don Sergio Tolosa, oriundo del municipio de Yaxkukul, aunque desde hace muchos años radica en la ciudad de Mérida.

“Actualmente tengo 59 años de edad, pero cuando tenía 12 y vivía en mi pueblo recuerdo muy bien que vi a un par de aluxes en el fondo del patio de mi casa, justo en el brocal del pozo; lo veía como algo normal ya que vivíamos con mis abuelos y éstos siempre nos habían contado leyendas y vivencias sobre ellos y nos habían enseñado que no eran malos, que solamente eran guardianes de las milpas”, explicó.

Y agrega: “los puedo describir, ya que los recuerdo como si hubiera sido ayer, tengo muy presente esa imagen de los aluxes, ya que además los pude ver tiempo después dos o tres veces más y eran los mismos porque eran igualitos, medían como 70 centímetros, uno de ellos tenía la cabeza más grande que el otro y más redonda, tenía una boca muy grande y le sobresalían todos sus dientes, sus orejas eran puntiagudas, como de un perro u otro animal, no se parecían a las de los humanos”.

“Algo que aún tengo muy presente en mi mente es que el otro alux le estaba dando golpecitos muy leves en su cabeza y luego dejo su mano ahí, nunca supe que significó eso”.

“Según mi abuelo estos aluxes fueron creados y colocados ahí en su propiedad desde muchos años antes, desde que él era un adolescente y decía que no les debíamos de temer; al contrario, nos decía que cuando tuviéramos alguna golosina se los llevemos y los dejemos en el brocal, ya que ellos vivían en el interior del pozo”.

Y vivían en este sitio porque al parecer originalmente tenían su casa varios metros después, pero esos terrenos se vendieron o se expropiaron para construir una de las calles del pueblo y se refugiaron en el pozo, eso lo decía uno de mis tíos quien sabía bien la historia, ya que incluso también llegó a ver a esos mismos aluxes, pero en su vivienda original.