Un Día de Muertos que jamás olvidará

En el fraccionamiento Francisco de Montejo Raúl Velázquez se topó con la procesión fantasmal; he aquí la experiencia que vivió.

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Cerca del monumento de La Mestiza pasó la procesión de las ánimas. (Jorge Moreno/SIPSE)
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Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Hoy, como de costumbre, publicamos los relatos que nos mandan los lectores y toca turno al correo que nos envió el ingeniero Raúl Velázquez Carrillo, de la ciudad de Mérida, con relación a un interesante suceso paranormal que le ocurrió:

“Muy buenas tardes espero puedan publicar mi relato para que los lectores se puedan enterar de una experiencia de tipo paranormal que viví hace casi diez años para esta época de finados; confieso que al principio no creía en ese tipo de cosas, pero como suele pasar muchas veces, lo crees sólo cuando tú mismo vives la experiencia.

“En ese entonces yo vivía en el fraccionamiento Francisco de Montejo primera etapa, cuando recién se estaba empezando a poblar. Recuerdo bien que un 30 de octubre (un día antes de los finados), llegué a mi casa como de costumbre a las 7 de la noche, saludé a mi esposa e hijos, y a eso de las 11:30 pm, antes de acostarme, recordé que había dejado olvidada una manguera para regar en el jardín, y como no teníamos barda, fui a buscarla pues la podían robar.

Procesión de encapuchados

“Al salir, tuve una sensación extraña, como si hubiera mucho frío; entonces, de forma inconsciente salí hasta la acera y vi al final de la esquina, es decir, a unos 50 metros, a una especie de procesión de personas; estaban cerca, e incluso las conté: eran ocho personas, pero todas con capuchas negras y con veladoras.

“Se me hizo raro que a esa hora, casi la medianoche, hubiera algún rezo; de hecho, se escuchaban unos murmullos como si cantaran algo, no le di mucha importancia y entré a la casa, como media hora después se lo platiqué a mi esposa y ella sólo se persignó, y me dijo que ojalá no fuera la procesión de las ánimas, a lo que yo sólo le dije burlonamente que eso eran tonterías.

“Al día siguiente no pude ir a trabajar, me dio una fiebre tan fuerte que tres días estuve en cama, cosa rara porque yo jamás me enfermo. Fue cuando empecé a sospechar que lo que vi sí fue una procesión espectral, ya que en los siguientes días semanas y meses medio averigüé en todo el fraccionamiento y nadie hizo ninguna procesión ni nada por el estilo, y la fiebre que me dio no pudo ser casualidad porque me afectó de inmediato, sin síntomas previos.

Compartiendo la experiencia

“Con el paso de los años a todos los que cuento mi historia, pocos lo creen, pero la verdad, a estas alturas no me importan incluso las burlas -antes sí- pero ahora prefiero compartir mi experiencia con los lectores que quieran creerme, o bien, que han vivido una experiencia similar.

“Desde ese entonces y hasta la fecha confieso que cada vez que se acercan el Día de Muertos me entra un poquito de temor y trato de no salir a la calle si no es necesario porque si veo de nuevo a la procesión a lo mejor me vuelvo a enfermar o ya no lo cuento, ya que me han dicho que si una persona los ve, aunque no interactúe con ellos es probable que regresen a buscarte y... para qué correr riesgos.

“Bueno, esa es mi experiencia, si usted Jorge Moreno quiere venir a entrevistarme por más información o el sitio exacto en donde ocurrió con mucho gusto estoy a sus órdenes; se me olvidaba complementar, por si es necesario, que soy ingeniero de profesión, tengo actualmente 53 años (cuando me ocurrió ese suceso tenia 43), esposa, tres hijos adolescentes y que ni en ese entonces ni a la fecha no tengo ningún vicio, no vayan a pensar que aquella noche estaba yo tomado o algo así. Muchas gracias”, finalizó.

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