El ajedrez y los niños yucatecos

Proponen que el Gobierno del Estado fomente el ajedrez, por su enorme potencial educativo y formativo.

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En una partida de ajedrez, los jugadores constantemente están tomando decisiones sin ayuda externa para lograr una estrategia ganadora. (Agencias)
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Sergio Grosejan/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- El 18 de noviembre tuve la suerte de compartir la mesa de honor para acompañar al Ing. Jorge Alberto Esquivel León y al periodista Roldán Peniche Barrera en la presentación del libro de nuestro amigo y escritor Conrado Roche Reyes, denominado "Los hijos de Caissa".

Con su instruida y apasionada narrativa, Conrado nos transporta al mundo del ajedrez en Yucatán y hace cuestionarme si en realidad se trata de un deporte, juego, ciencia, arte, cultura o educación, además de incitarme a reflexionar acerca de lo positivo que resultaría en nuestros niños si esta actividad recreativa se fomentara en Yucatán. Y ojalá lo considere el director general del DIF, nuestro amigo Limber Sosa Lara, y el secretario de Educación en Yucatán, Raúl Godoy Montañez.

Se sabe que el ajedrez posee un enorme potencial educativo y formativo, pues puede actuar como canalizador de un importante número de aspectos de carácter psicológico en la formación de la personalidad del niño, ya que durante las partidas se va fomentando la capacidad de cálculo, memoria y razonamiento lógico. El ajedrez mejora la creatividad, la resolución de problemas y su enseñanza metodológica incrementa el coeficiente intelectual en los niños de cualquier nivel socioeconómico.

Si consideramos que una de las causas más frecuentes con las que se relaciona el fracaso escolar es la falta de atención y concentración, el ajedrez ayuda a combatir esta problemática ya que se requiere por parte del jugador un alto grado de concentración y observación para desarrollar la partida adecuadamente, y enseña a controlar los impulsos, a no tomar decisiones apresuradas, a pensar antes de hacer las cosas y que el niño entienda que su trabajo es productivo aún cuando pierda. 

En una partida de ajedrez, los jugadores constantemente están tomando decisiones sin ayuda externa para lograr una estrategia ganadora y así superar las dificultades que los adversarios plantean. Estas decisiones requieren de reflexión y análisis para encontrar la mejor solución en cada momento y, a la vez, prevenir las futuras respuestas del contrincante.

Ajedrez como herramienta pedagógica

En resumen, el ajedrez podría considerarse una herramienta pedagógica que contribuye al desarrollo intelectual de los niños y jóvenes, y no en balde, en 1995, la Unesco reconoció al ajedrez como Patrimonio Cultural y lo admitió como Bien Cultural Intangible de la Humanidad. Además, recomendó oficialmente que todos los países miembros lo incorporaran como materia educativa en la enseñanza primaria y secundaria.

Mientras en algunos países ya es obligatorio en el currículum, en otros se incluye como asignatura optativa. En sitios como la ciudad alemana de Dresden sustituyeron una hora de clase de matemáticas semanal por una de ajedrez debido a que se observó que la capacidad matemática y de lectura de los ajedrecistas es muy superior al promedio de los alumnos, y que sus capacidades lingüísticas son tres veces mejores respecto a quienes no juegan al ajedrez.

Apoyo a los artesanos

Por otro lado, luego de unir esfuerzos con el diputado Dafne López Martínez y alcaldes del distrito 14 en un innovadory productivo proyecto que apuntala a los artesanos de ese distrito, he recorrido nuevamente varios municipios, pero ahora con una visión más profunda y, por desgracia, confirmo que parte de las mujeres del interior del estado tienen la necesidad de viajar todos los días a Mérida para trabajar, obligándose con ello a dejar a sus hijos solos e indefensos ante programas televisivos que mal influencian su proceso de madurez.

Ojalá y el estado fomente el arte del ajedrez entre esos niños, no para que renuncien a sentarse frente a la llamada “caja idiota” -debido a su absorbente capacidad de enajenamiento-, sino para que contribuya como herramienta coadyuvante en la formación del intelecto y proceso de raciocinio, aunado a que más barato sería imposible pues solo se requiere un tablero, 32 piezas y dos mentes pensantes.

Finalmente, si quiere conocer la labor que realizan los artesanos del distrito 14 conozca “La Casa del Catorce” en la calle 60 entre 59 y 61 Centro, ya que allá se exhiben y venden los trabajos que elaboran las mágicas manos de nuestros artesanos(as) yucatecos. ¡Por los votos que espera captar Dafne! Mi correo es [email protected] y twitter @sergiogrosjean.

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