EFE
MADRID, España.- Vestida con un traje oaxaqueño rojo y amarillo, con las manos extendidas hacia el cielo y frente a un altar barroco que asemeja una cascada de oro ha querido fotografiarse la mexicana Elena Poniatowska para el cuadro de los galardonados con el Premio Cervantes que cuelga ya en la BNE.

El retrato, realizado por el fotógrafo mexicano Alan Flores Vargas, se hizo respetando el deseo de la escritora de que fuera "como una pintura" y frente a un altar barroco que asemejara al recinto de Alcalá de Henares donde recibió el Premio Cervantes el año pasado.

Flores Vargas apunta en una nota remitida por la Biblioteca Nacional de España (BNE) que "se dieron a la tarea de buscar altares o retablos barrocos en iglesias de Puebla y México Distrito Federal", pero finalmente se decidieron por el lugar donde residió en el siglo XVII la escritora y religiosa jerónima Sor Juana Inés de la Cruz, la "décima musa".

"Quizá por haber sido mencionada por Elena Poniatowska en su discurso al recibir el premio Cervantes, nos tenía ya asignado el lugar de sus retratos", comenta el fotógrafo en el comunicado.

El "decorado" es el altar de la Universidad del Claustro de Sor Juana Inés de la Cruz, en México, y allí posa la escritora con el mismo traje que usó para recibir esta distinción, que además tiene "los colores de España".

Interpretaciones

"La fotografía se puede leer o interpretarse de dos maneras, como el recibimiento del premio o bien la entrega de sus escritos", explica Flores Vargas (Monterrey, 1974) sobre su trabajo, que integrará desde ahora la colección de retratos de los escritores galardonados con el Premio Cervantes que cuelgan en distintas estancias de la biblioteca.

Poniatowska fue galardonada el 19 de noviembre de 2013 con el Premio Cervantes por su "brillante trayectoria literaria y una dedicación ejemplar al periodismo siempre desde un firme compromiso con la historia contemporánea", galardón que recogió el pasado 23 de abril.

Con este premio, la escritora mexicana se convirtió en la cuarta mujer en recibir el Cervantes tras las españolas María Zambrano, Ana María Matute y la cubana Dulce María Loynaz.