Llevó vida de perro; ahora los niños quieren ser como él

César Millán declaró que fue la esposa de Will Smith quien lo puso a estudiar inglés y lo relacionó con otras figuras del espectáculo.

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César Millán durante la conferencia 'Mexico´s greatest export' en Tijuana. (Notimex)
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Agencias
TIJUANA, BC.- La felicidad de las mascotas requiere de ejercicio, disciplina y afecto, aseguró César Millán, el llamado “encantador de perros”, al dictar una conferencia magistral en el evento Tijuana Innovadora 2014.

Durante la conferencia “Mexico´s greatest export”, como parte del cuarto día de actividades de Tijuana Innovadora 2014 “Diáspora Mexicana, el talento que voló al norte”, el sinaloense externó las dificultades que enfrentó para triunfar, según publica Notimex.

Si alguien encarna la diáspora mexicana, ese es César Millán, quien literalmente sin nada, llegó a Estados Unidos a innovar en un oficio que le ha dado fama y fortuna, y que le ha permitido conquistar el afecto de millones de personas en todo el mundo.

En su primera visita a esta ciudad desde hace 24 años, dijo: “primeramente Tijuana, muchas gracias, porque por aquí crucé”, refirió a los asistentes, quienes en un teatro completamente lleno lo ovacionaron, al tiempo que algunas mujeres le gritaban “te amo”.

Originario de Culiacán, Sinaloa, César Millán vivía en un rancho donde desde niño siempre lo seguían los perros, hasta que le empezaron a decir “ahí va el perrero”.

Con el tiempo entendió el carisma nato que tenía con las mascotas, por lo que se dijo a sí mismo que él iba a ser el mejor entrenador de perros, y que a Estados Unidos acudiría para lograrlo.

César Millán compartió su conocimiento sobre los caninos que resumió en tres cosas para hacer feliz a su mascota: ejercicio, disciplina y afecto

“Y que me vengo para Tijuana un 23 de diciembre, un día antes de navidad pero algo dentro de mí me decía que tenía que hacerlo. Soy como toda la gente que se viene derechito a Tijuana, hasta el caminito está la flecha que apunta hacia acá”, siguió platicando.

En Estados Unidos experimentó las vicisitudes propias de los indocumentados, sin saber el idioma, lavando carros, de limpia platos, comiendo dos hotdogs por un dólar. Hasta que llegó a Los Ángeles a dormir bajo un “freeway”.

Ideándose formas de sobrevivir empezó a pasear perros, gracias a lo cual ganó la primera vez la cantidad de 60 dólares.

Con el tiempo conoció a la esposa del actor Will Smith, sin saber quién era el artista, de la que se ganó la confianza y el afecto, tanto que lo puso a estudiar inglés y a relacionarlo con otras figuras del espectáculo.

Tan confiado estaba de sí que no tuvo miedo en ventilar que deseaba tener un programa de radio y televisión para enseñar a la gente a educar a su perro.

Entre sus anécdotas, César Millán compartió su conocimiento sobre los caninos que resumió en tres cosas para hacer feliz a su mascota: ejercicio, disciplina y afecto, “pero si la gente aprende eso me quedo sin trabajo”, bromeó de nuevo.

Explicó que soñó en grande, y que para eso no se necesita dinero, “brinqué una muralla, pero primero salté mi propia muralla”. Tan es así que llegó al país más rico del mundo a inventar un oficio “y ahora muchos niños quieren ser entrenadores de perros”.

“Yo me dije, voy aprender de los americanos, y terminé entrenando a los gabachos”, resumió como motivación para los que como él persiguen un sueño similar.

Al despedirse dijo que “quería regresar a Tijuana, de alguna u otra forma, pero tenía que hacerlo con un agradecimiento, para motivarlos y decirles que sí valemos como mexicanos, que podemos lograr cosas grandes en la vida”.

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