Agencias
RÍO DE JANEIRO, Brasil.- La duda sobre la conmemoración de los primeros cien años del futbol brasileño asaltó a Juca Kfouri en octubre de 1994, cuando, como director del semanario “Placar” de Sao Paulo, preparaba una edición histórica.

Ese cuestionamiento rondaba en la mente del periodista desde fines del año anterior, al invitar a Sergio Souza, Ricardo Vespucci y Roberto Manera a preparar un número especial antes de la décimo quinta Copa del Mundo.

De acuerdo con Notimex, el trabajo de investigación que distinguió ese esfuerzo, implicó ver los archivos que contenían pergaminos y gráficas pertenecientes a los antiguos clubes de Sao Paulo y Río de Janeiro, las biografías de Charles Miller, Hans Nobiling y Óscar Cox.

Los cuatro cronistas no sabían si contar esas historias antes o después del torneo en el que brillaron Romario, “Bebeto”, “Dunga” y Mauro Silva, y se preguntaban qué ocurriría si Brasil era eliminado o perdía la final.

Esa situación felizmente para los brasileños no ocurrió, pues la “seleçao” venció 3-2 a Italia en serie de penales, algo que nunca había ocurrido.

Cuestionamientos válidos

¿La conmemoración de la centuria de la puesta en marcha del deporte que sería el delirio del país no sería como un trago amargo? ¿Y qué ocurriría si la copa se ganaba para ir a decorar las suntuosas oficinas de la Confederación Brasileña de Futbol (CBF)?

“Sergio, Ricardo, Roberto y yo decidimos asumir los riesgos y apostar a todo lo que teníamos derecho”, dijo Kfouri, columnista del diario “Folha de Sao Paulo”, quien subrayó que la pasión nacional por el futbol no dependía de ganar o no.

“Se trataba de que las victorias estimularan y promovieran más y mejor a nuestro futbol, para darle mayor prestigio como parte de la identidad nacional; es decir, crear lo que posteriormente y en términos globales ahora se llama ‘Marca Brasil’”, agregó.

Reflexión y hecatombe

Al cumplirse los 120 años de la fundación por parte de futbolistas de origen europeo, la prensa brasileña entró en una fase de reflexión luego de la hecatombe que vivió Brasil en el juego de semifinales ante Alemania, el 8 de julio de 2014.

Analistas, conductores, cronistas, literatos, poetas, hombres de letras, periodistas, fotógrafos afamados, artistas plásticos y aficionados de todo pelaje, se consuelan al señalar que, a partir de 1894, en realidad nada malo ha ocurrido.

La feligresía futbolera, congregación de millones, seguramente toma en cuenta que la primera Copa del Mundo fue en 1930, con un promedio de una conquista cada 16 años, más que un título cada cuatro, hasta que el scratch cayó 3-0 en Francia 1998.

El punto final de aquel trabajo difundido como especial en octubre de 1994 fue coronado por la cuarta estrella para el tetramonarca, hasta ese momento.

A la labor meritoria que cuatro periodistas reviven y extraen de la memoria, habría que añadir el libro conmemorativo “Brasil de todas las Copas: 1930-2006”, autoría de Antonio Carlos Napoleao.

Historia del futbol

Gracias a la tarea minuciosa de los periodistas de “Placar” y Alcino Reis Rocha, Sergio Veloso, Valeria Días, con la coordinación ejecutiva, además del texto de Napoleao, ha sido posible conocer la trayectoria radiante de un deporte cuya historia hay que admirar.

“Hagámoslo en las victorias y en las derrotas, festejándolo, admirándolo en espera de tiempos mejores”, concluye Antonio Carlos Napoleao, a más de un siglo de la prodigiosa invención del futbol en el país verde de los sueños.